lunes, 7 de enero de 2013

Candy Queen: Capitulo 1

Hace mucho tiempo, en un reino llamado Etonia, gobernaba una reina soltera que no podía concebir ningún hijo, desesperada por que el trono no cayera en manos equivocadas después de su muerte decide hacer un pacto con un demonio, para su sorpresa a quien invoco no era un demonio normal; el rey de los demonios estaba frente a ella.
-Por favor rey demonio, te suplico que me des un hijo tuyo, uno que sea fuerte y que pueda mantener este reino, yo no puedo tener hijos, pero por favor déjeme tener aunque sea uno.-
El demonio sonríe cruelmente y le responde:
-Esta bien humana insignificante, tendrás un hijo mio, pero a cambio habrán consecuencias.-
-De acuerdo aceptare cualquier condición y consecuencia.- Dice la reina
-Cuando mi hijo nasca de tu interior se comerá tu alma y al cumplir los 100 años destruirá este insignificante país  o puede que destruya a todos los humanos..-
-Pero...-
-Si no quieres, esta bien para mi.-
-... de acuerdo.-
El demonio con solo tocar con un dedo el estomago de la mujer, izo aparecer un feto.
-Ya esta, ahora espero con ansias el día en que nasca y ver como mi hijo devora tu insignificante alma, asquerosa humana.-
Lo que el demonio le había advertido a la reina se cumplió  al nacer el bebe devoro su alma, todos los presentes estaban listos para ver como mataban a la reina, aun así ella murió con una sonrisa.El ultimo deseo de la reina fue que a pesar de que su hijo fuera un demonio, no fueran crueles con el; y así le dio su nombre Gerard.

Pasaron los años y Gerard se convirtió en lo que la reina quería, un rey justo y fuerte. Pero a pesar de que el obtenía todo lo que quisiera no era feliz, a  menudo se escapaba del castillo y se mezclaba con los humanos.
Un día decide recorrer la ciudad en carruaje, con la confianza de que todo seria tranquilo su recorrido fue arruinado, de repente el carruaje gira y se detiene abruptamente, entonces el demonio baja del carruaje.
-Que te ocurre estúpido sirviente, esa no es manera de frenar!.-dice Gerard.
-Lo.. lo siento mucho amo, no es excusa pero una chica se a cruzado en el camino.-
Gerard mira hacia el frente y ve a una pequeña chica de cuclillas abrazando algo, entonces se acerca.
-Oye mocosa, no te cruces a medio camino, pudiste haber muerto.
La chica levanta la cabeza y Gerard logra ver lo que estaba abrazando.
-Que dem... ¿Te cruzaste para salvar a un estúpido gato?.-Gerard comenzaba a emitir un aura cada vez mas oscura.
La chica sonríe y se pone de pie, comienza a buscar en sus bolsillos y saca algo.
-Ten, es para ti.-Vuelve a sonreír, estira las manos y le entrega un caramelo.
Gerard se sorprende, por aquella sonrisa tan inocente de la pequeña. De la nada aparece una mujer mayor y le pega en la mano a la chica y el caramelo cae al suelo.
-Mocosa insolente, como te atreves a salir corriendo de esa manera.- Comienza a tironear del brazo a la chica.
-¿Es tu hija?.- Le pregunta Gerard.
-Oh.. no.. esta chica es huérfana, su madre la abandono cuando era muy pequeña, yo solo cuido a todos los críos que son abandonados.- La chica puso una mirada de tristeza y con ojos casi llorosos al escuchar que hablaban de su madre grita:
-NO HABLEN MAL DE MI MADRE.- Gerard se sorprendió al ver que se había puesto roja al defender a su madre.
-¿Como te llamas niña?.-
La niña se seca las lágrimas y se va corriendo a recoger el dulce que estaba en el suelo, lo recoge, toma la mano de Gerar y le pone el dulce encima.
-Cuando Sayumi esta triste como dulces y la hacen muy feliz, por eso no llores ¿si?.-
-Yo no..- se sorprende
-El corazón del señor esta triste y llora.-Sayumi sonríe dulcemente.
-Bueno señor si nos disculpa tenemos que irnos...-
La señora y Sayumi se alejan hasta entrar en un orfanato. Gerar estaba perdido en sus pensamientos, aun no podía cree que la niña sintiera el dolor de su corazón.
-..mo.. amo despierte, debemos regresar al castillo.-
-si volvamos.-
Al día siguiente Gerard estaba muy inquieto se paseaba por todos los lugares del castillo, estaba perturbado por Sayumi, su sonrisa sincera e inocente, quien pudo entender como se sentía había conmovido al rey, quien jamas había sentido compasión por ningún humano fuera de su trabajo.
-Gilbert alista el carruaje iremos a la ciudad.-
-A sus ordenes amo.-
Al llegar a la cuidad fueron directo al orfanato donde se encontraba aquella chica, Gerard ya en la recepción dice:
-Vengo por Sayumi.-


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